Otro tango más en París

Bertolucci regresa a París para encerrar en otro piso útero, como en El último tango , como en Asediada , a tres jóvenes, casi adolescentes, durante la primavera del 68. Se conocieron en otra cueva, la Cinemateca. «Sólo los franceses podían meter un cine en un palacio», dice la voz en off de Matthew, ej joven norteamericano, que experimenta un enamoramiento hipnótico y devoto por los hermanos Theo e Isabelle. Un amor muy parecido al que siente por el cine. Los juegos de la pareja, entre la cine- filia y el incesto, encuentran en el recién llegado una prolongación entregada, para pasar de la sublimación a la práctica. Ahí toda la sabiduría y creatividad de Bertolucci se desborda en secuencias prodigiosas en las que el sabio montaje de los fragmentos de películas clásicas y de la nouvelle vague se mezclan con símbolos de profunda raíz psicoanalítica, tan queridos por el director italiano. Entre Freaks y Scarface , entre Banda aparte y Mouchette , la masonería cinéfila descubrirá a tres jóvenes actores que, con cada exhibición impúdica de su juventud y con la tiranía de su fascinación, nos evocan el amor esclavo e imposible al que jugaron Marlon Brando y María Schneider en la rue Verne. La calidez de la interpretación de Eva Green, junto a su mórbida presencia, nos hace pensar también en el debut deslumbrante de la protagonista de El último tango en París . Bertolucci, citando a Godard, resume la fascinación de su filme: «Las películas son como crímenes y los directores son como criminales que espían por la cerradura de la cámara». «SOÑADORES»: Fr-GB-It. Director: B. Bertolucci. Intérpretes: Eva Green, Michael Pitt, Louis Garrel. 124 min.