| Crítica | Cine |
Una película en la picota
Timeline huele a truño de lejos, así que no tengo justificación. Sabía que se me iba a resentir el páncreas y. sin embargo, pagué la entrada. Tal vez lo hice porque me apasiona la Edad Media y lo de viajar en el tiempo es un sueño de infancia, o quizás porque dirige Richard Donner, el autor de Los Goonies , una de mis pelis míticas de niña. Juro que iba a pasar por alto los previsibles fallos de ambientación histórica y disfrutar de las escenas de batallas sin complicaciones. No es tanto pedir, ¿verdad? Pero no, había que perpetrar un esperpento tipo Los Marines en la Guerra de los Cien Años. Pobre Mark Twain... Esta historia contada a salto de mata, en la que personajes y situaciones resultan del todo inverosímiles, no llega a convencer ni por un segundo. A estos arqueólogos los han sacado de una teleserie de instituto y para muestra sólo hay que citar una perla del diálogo: «El pasado mola», palabras textuales. Eso por no hablar de las escenas de asalto a la fortaleza, con un tonillo que a ratos parece quello de Fort Apache. Está visto que tras Destino de caballero las aventuras medievales se ruedan con barbies y kens. Me niego a creer que tanta torpeza se deba a la mano de Donner, director de Lady Halcón , una pequeña joya de las aventuras medievales. ¿Será que Michael Crichton, autor del best-seller en que se basa Timeline y mediocre director, ha metido la pezuña por medio? Ya lo hizo con El guerrero número 13 y así quedó. En fin, sea quien sea el culpable, en el siglo XIV lo habrían dejado atado a la picota de pies y manos. TIMELINE: EE.UU. 2003. Dir: Richard Donner. Int: Paul Walker, Frances O'Connor, Gerard Butler.