Un universo musical berciano

Siete años han tenido que esperar los incondicionales del grupo de música folk ponferradino Aira da Pedra para volver a escuchar un trabajo discográfico de esta veterana formación, que echó a andar allá por el año 1997. Después de mucho foguearse en festivales, fiestas y romerías a lo largo de toda la provincia y tierras limítrofes, han acabado por alumbrar Arantigua , un disco de sugerente nombre y sugestivo diseño, y una verdadera compilación de todos sus saberes, inquietudes y experimentos musicales. El álbum supone un paso adelante tanto en lo que se refiere a la consecución de una calidad y una madurez musical indiscutibles como a la consolidación de un universo musical propio y dotado de una fuerte, inconfundible personalidad. Más allá de sutilezas rítmicas o debates en torno al empleo de instrumentos, es necesario recalcar que Aira da Pedra ha sabido traducir el monumental paisaje del Bierzo a notas musicales (y si no, escuchen Mirandelo o A Escanderna ), o, por decirlo de otra manera, han tenido el talento de interiorizar la más íntima fisonomía de esta comarca y crear a partir de ella un lenguaje musical fresco, alegre y sentimental. Los anchos valles tapizados de brezo, las brañas y bosques, y los pueblos escondidos; ese aroma arcaico que hasta hace nada sobrevivía al contacto con la civilización está condensado en Arantigua , que incluye también canciones, algunas en una mestiza y esponjosa mezcla de gallego, asturleonés y castellano. Un buen disco del que sólo lamentamos la todavía gran dependencia de los sonidos celtas, superada ya en las muchas otras regiones que han decidido, por fin, nutrirse de estructuras musicales propias.