Cerrar

| Crítica | Música |

Demasidas rosas para un manojo

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno
León

Creado:

Actualizado:

La Compañía Lírica de Zarzuela de Madrid subió el viernes al Auditorio de León con un éxito apoteósico La del manojo de rosas, que contó con un buen reparto, incluídos los comprimarios capitaneados por Gerardo Meré, un Espasa de categoría, tanto por desenvoltura como por gracejo y complicidad con el resto de los personajes. Con un decorado único sobre el que se sobrepuso otra sencilla maqueta para el último acto, el vestuario como la iluminación y la puesta en escena fueron cuidados y de buena factura, tal vez en algunos momentos demasiado funcionales pero solventes y efectivos. En cuanto a las voces hubo de todo. Mientras el papel principal de Ascensión tuvo a una espléndida soprano de voz lírico ligera de generoso fiato y magnífico canto legato en las romanzas más significativas de la obra, su sentido de la caracterización del personaje no presentó fisuras y aunque una pizca más de gracejo no le hubiera sobrado, su encarnación de la protagonista fue más que relevante. Al barítono, Fernando Benito, no le acompañó la voz en absoluto. Demasiado oscura, mal impostada, calante y rozando el desafine frecuentemente su caracterización del enamorado Joaquín pasó plana y sin ningún relieve dramático más que el de oficio. La Clarita de Mª José Molina como el Capó de Rafael Álvarez mantuvieron en todo momento ese nivel de complicidad dramática y de bis cómica que hicieron las delicias del respetable. El Ricardo de Miguel Ángel Lobato fue correcto, tanto vocal como escénicamente, igual que el resto de los secundarios. La orquesta bien dirigida por Félix San Mateo aunque escasa numéricamente, mantuvo el nivel y cuidó las entradas de los solistas con mimo. Una producción sin grandes alardes pero equilibrada.