Una pintura llena de secretos

El pintor salmantino Muñoz Bernardo no ha querido sacrificar su enorme bagaje técnico, sus innegables dotes como dibujante, su dominio del color y la forma, en aras de la vanguardia. En sus cuadros demuestra que el experimento, la innovación, los juegos pictóricos en los que la imaginación va mucho más allá de la realidad no tienen por qué interferir en una cuidada composición, en unas líneas de enérgico trazado. El pintor reinventa la realidad a través de unas ágiles pinceladas que se entroncan en el impresionismo y se inventa toda una trama de planos y líneas, forzadas por los efectos luminosos, que convierten sus obras en trabajos llenos de personalidad y plenamente ubicados en el arte contemporáneo. A propósito de su historia cuenta Muñoz Bernardo: «Nací en Guijuelo, estudié Bellas Artes en Salamanca y Sevilla y profesionalmente estoy ubicado en Valladolid. Me gusta viajar y pintar vivencias, mis cuadros son fruto de mis aventuras en París, Venecia, Ávila, Salamanca o Valladolid. Yo pinto lo que veo, a mí me caracteriza el paisaje urbano, aunque pinte otros motivos. Confiesa su preferencia por culminar sus composiciones a base de planos: «El urbanismo define en sí mismo una gran variedad de ellos, lo mismo que en un puerto la maraña de mástiles y los cascos de los barcos». Así, sus cuadros tienen secretos que solamente se descubren tras una larga contemplación. «Uno descubre esos planos ocultos, yo sólo los destaco de forma especial, compartimento la obra para que el espectador tenga diversas etapas de contemplación», afirma. Horario: de martes a sábado de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00. En Gran Vía de San Marcos, 19, 1º C.