Diario de León
Publicado por
Marcelino Cuevas
León

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Urbano Lugrís fue uno de los grandes artistas gallegos del siglo XX. Un pintor que trabajó exclusivamente sobre lo que amaba, le fascinaba o le inquietaba, pero siempre con la mirada puesta en su tierra y en el mar que la rodea. Lugrís nació en A Coruña en 1908 y creció en un ambiente familiar favorable para desarrollar sus dotes artísticas. Su padre Manuel Lugrís fue poeta y jurista, y su madre, Purificación González, pianista. La tradición pictórica le viene de su tío, de quien además heredó el nombre. En 1930 se trasladó a Madrid para trabajar en el teatro de marionetas de Bartolizzi y comenzó a frecuentar a García Lorca, Carlos Gurméndez y Eugenio Grandell. Fue encarcelado por firmar el Manifiesto de los intelectuales y artistas en favor de la República. Realizó misiones pedagógicas y colaboró creativamente diseñando escenografías para el teatro de títeres. Al estallar la guerra civil pasó a luchar en el frente asturiano. En la muestra que ahora presenta Caixa Galicia en León (Ordoño II, 22) se exhiben 25 obras que forman parte de los fondos de su Colección de Arte, con ello se pretende mostrar la trayectoria pictórica, perfectamente representada, de este pintor-marino que tomó partido por la cartografía del sueño, en la que trazó itinerarios atravesados sólo por la imaginación y donde nunca faltó un ancla al final de la su obra, ya fuese pictórica o poética. Un artista que siempre estuvo inmerso en un peculiar surrealismo. La exposición tiene dos ejes temáticos. Por un lado, agua y sueño, que celebran una alianza originaria, en palabras de Martín Patiño, en el que la pintura parece brotar de una fuente de ensoñación oceánica. El otro gran eje estético es la transparencia del vidrio. A Lugrís no le desagradaría el título de «pintor del mar» ya que uno de sus sueños era ser marino. Pero el no retrataba el mar, sino un misterio, un reino legendario. En realidad era un náufrago en tierra, un navegante solitario, pues navegando se encontraba con caballitos de mar, medusas, algas y botellas con mensajes. Fue fabuloso pintor y dibujante, pero su obra sufrió un injusto desconocimiento. Murió la víspera de Nochebuena del año 1973, en Vigo. Tras su muerte se celebraron numerosas exposiciones que recordaron la obra de este genial artista, casi autodidacta, bohemio y anárquico, que fue poeta, ilustrador y muralista. Su amigo José Mª Castroviejo lo despidió desde las páginas de ABC con una hermosa columna que tituló: «Urbano Lugrís murió de cara al mar de Vigo». Horario: laborables, de 18,00 a 21,00 horas. Domingos y festivos, de 12,00 a 14,00 horas.

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