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El idilio con Michael Moore
Los nueve miembros del jurado del 57 Festival de Cannes glosaron ayer ante la prensa el envidiable idilio vivido en estos días de intensos debates y el filme al que dieron la Palma de Oro, Fahrenheit 9/11 , de Michael Moore. La experiencia de este jurado que «quiso recompensar la pasión», según su presidente, Quentin Tarantino, fue toda «una alegría». «Sin clanes» y «mágica», para el crítico finlandés Peter von Bagh, hasta ser «improbable que pueda volver a reproducirse». Llena de «respeto» y debates «democráticos», «fantástica» y «extraordinaria», para la actriz estadounidense Kathleen Turner. Un encuentro que se tensó cuando un periodista pidió explicaciones sobre la calidad cinematográfica de la Palma de Oro, único criterio válido, según defendió siempre Tarantino. «Un filme no tiene por qué mostrar bellas imágenes, puede ser simplemente divertido», hacer reír o llorar «y eso es suficiente», dijo algo nervioso el director de Kill Bil » (2004), quien se mantuvo escueto hasta el silencio cuando se preguntó por Diarios de motocicleta , del brasileño Walter Salles, una de las favoritas. «Nuestros debates fueron muy largos y no vamos a resumirlos», simplemente «no deseamos darle un premio a ese filme», dijo Turner. Sí comentó el jurado que, por dos votos, la Palma de Oro no fue para el finalmente Gran Premio Old Boy , de Park Chan-wook. En general, buena parte de esta inédita rueda de prensa sirvió para glosar la obra premiada y evocar el grato trabajar del jurado mientras debatía «cada una» de las diecinueve cintas en competición.