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Colm Meaney en una de las imagénes de la película

Publicado por
Rosa Porto
León

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La vida da muchas vueltas, abofé, y si no que se lo pregunten a los protagonistas de esta historia coral de encuentros y desencuentros. Intermission llega apadrinada por Neil Jordan y con todas las marcas de fábrica de la comedia irlandesa. Ésta es una etiqueta de difícil definición, porque el humor que se gastan en la verde Erín carga las tintas hasta el punto que ya no sabe una si reír o llorar. En estos casos, la moraleja final suele ser que ante las penurias y pequeñas miserias de cada día, lo único que se puede hacer es tomarse las cosas con calma, y si es con una pinta de Guinness en la mano, mejor que mejor. No obstante, a diferencia de películas como Café irlandés, aquí los problemas sociales pasan a un segundo plano frente a las cuestiones de pareja, el hilo conductor en este guión que ha entretejido con habilidad Mark O'Rowe. Curiosamente, tanto él como el director John Crowley son primerizos, aunque nadie lo diría a juzgar por lo redondo que les ha salido el debut: empieza con un golpe de efecto y no deja de sorprender hasta el final. Pero junto a la frescura y los presupuestos de cuatro duros, es preciso señalar otra propiedad de estas comedias isleñas que también se cumple en Intermission: la presencia de un reparto para quitarse el sombrero. Dejando a un lado a Colin Farrell, que ahora está lanzado a la conquista del cine USA con Alexander, estos actores pertenecen a esa clase especial de anónimos-conocidos, de los que nunca recordamos el nombre aunque tengamos grabada su cara en la memoria. Los personajes que interpretan también son gente corriente: entrañables, contradictorios, irritantes... En resumen, como la vida misma. Intermission . Irlanda-Gran Bretaña. 2003. Director: John Crowley. Actores: Colin Farrell, Cillian Murphy, Kelly MacDonald, Colm Meaney. Comedia dramática. Duración: 103 minutos.