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El jazz entra en el laboratorio

Wesseltoff salió al escenario con una camisa blanca y deleitó a los espectadores

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efe | vitoria

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El pianista Bugge Wesseltoff y el trompetista Erik Truffaz dieron la otra noche una lección magistral sobre jazz electrónico, con acordes casi inimaginables, en el segundo concierto de la XXVIII edición del Festival de Jazz de Vitoria, cuyo público se convirtió en un alumnado entregado que pidió más clases en forma de bises. Los experimentos musicales de Wesseltoff y Truffaz protagonizaron la segunda jornada del Festival, que se celebrará hasta el próximo sábado con artistas como Paco de Lucía, Chano Domínguez, Bobby Mcferrin, o Solomon Burke. El aforo de Mendizorroza, de unas 3.000 localidades, no llegó a completarse. Wesseltoff lideró un grupo de cuatro expertos en mezclar los acordes tradicionales del piano, la batería y el bajo con los de sintetizadores, ordenadores y secuenciadores. Y su lección de Jazzland gustó al público, que le pidió más. Richard Mario Gensollen (percusión), Andreas Bye (batería), Eric Jonas Lonna (DJ) y Loe Morten Vaagan (bajo) pusieron una base poco convencional a los no menos convencionales sintetizadores de Wesseltoff, que imitaron voces humanas y sonidos de la naturaleza como gotas de agua o cantos de pájaros. Wesseltoff controló y moldeó las ondas y reverberaciones que se escapaban de sus aparatos electrónicos, les dio forma de jazz y las envió a un público que degustó la original mezcla de sonidos. Antes de Wesseltoff, Erik Tuffaz y su grupo también mezclaron el jazz tradicional aprendido de Miles Davis con sonidos rockeros, étnicos y urbanos, incluidas sirenas de policía. Vitoria vuelve a demostrar año tras año que la ciudad sabe de jazz.

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