Fiasco previsible

El cine de superhéroes es el último filón de Hollywood junto al peplum remozado y digitalizado. Y como allí son de piñón fijo, nos toca aguantar todas esas superproducciones que aparecen en la cartelera con irritante monotonía. Entre toda esa marabunta salida de los cómics, Catwoman tenía varias cosas a su favor para abrir otro camino: un personaje atractivo que siempre se había quedado en segundo plano, un buen reparto y un director con personalidad. El reto de la película era ver cómo encajaba una sensibilidad europea en el voraz mercado de los blockbusters... y lo cierto es que no encaja, es engullida literalmente por los tópicos. El director de Vidocq naufraga con una película vacía y aburrida, carente de cualquier interés. A pesar de que los primeros minutos crean una cierta tensión dramática, las peripecias de la mujer gato son insulsas -por momentos ridículas-, mientras que el episodio amoroso puede pasar a los anales de los más chorras del cine. Tampoco ayudan el uso de los efectos especiales, que llega a la indigestión, y la rallante banda sonora. Lo único salvable es el regreso esplendoroso de Sharon Stone. A pesar de lo breve de sus apariciones y de lo limitado de su personaje, se merienda literalmente a Halle Berry, a la que más le valdría recuperar su carrera como actriz y dejar de engordar la cuenta corriente. Mientras tanto, los bat-fans coincidirán conmigo en que sólo existe una Mujer Gato: la seductora y letal Michelle Pfeiffer, a la que Tim Burton puso en bandeja uno de sus mejores papeles. CATWOMAN. EE.UU. 2004. Dir.: Pitof. Int.: Halle Berry, Sharon Stone, Lambert Wilson. Acción. Dur.: 104 min.