Una mirada nueva y sin tópicos

En estas páginas y en días anteriores ya hemos tenido ocasión de comentar el contenido de diversas revistas o reportajes de ámbito nacional, alguna de cuyas ediciones o capítulos se referían específicamente a León o a temas relacionados con su historia, geografía o sociedad: fue el caso de aquel Muy Especial dedicado monográficamente a la Reconquista, o la serie televisiva Memoria de España . De todos ellos tuvimos que destacar, desgraciadamente, el escaso respeto (digamos mejor mínimamente conocimiento) que demostraron no ya de los entresijos históricos o las sutilidades morfológicas propias de esta región, sino de la pura y simple geografía, llamando por ejemplo a León «ciudad castellana», confundiendo, como sucedía en el caso de Memoria de España , a los reyes leoneses con los castellanos, o minimizando el vital papel jugado por el reino leonés a lo largo de sus más de trescientos años de existencia sin apenas mencionar no ya sus logros, sino su mera existencia. Poco a poco, los leoneses nos hemos ido oponiendo a todos estos comportamientos y a estas etiquetas humillantes impulsadas o facilitadas, claro está, por el gobierno autonómico y la actual división administrativa de España, dejando bien claro cuál es nuestra identidad y en qué consiste ésta. Asimismo, y poco a poco también, los resultados se van viendo; por ejemplo, en el nuevo número de la prestigiosa revista Geo , recientemente aparecido, que dedica su portada y su reportaje principal a León. En él se aprecia un cuidado especial por calificar las cosas y las ciudades tal cual son: bercianas, montañesas, riberanas... leonesas, en suma; un producto, seguramente, de la procedencia de la autora o del cabal conocimiento que tiene de esta tierra, sus gentes y sus comarcas. A lo largo de unas veinte páginas (la mayoría ilustradas con bellas fotografías), se van desgranando los hitos y los rasgos que mejor ayudan a identificar la personalidad y el carácter leoneses: de la ganadería tradicional a la minería, del aislamiento secular a los esfuerzos por alcanzar un difícil futuro, del Camino de Santiago a los Reyes antepasados; un repaso no exhaustivo, por supuesto, pero útil y verdadero; y una buena oportunidad para que todos aquellos lectores que no conozcan esta tierra se acerquen a ella sin tópicos ni ideas preconcebidas. Aunque sí hay que reseñar un fallo: «un leonesín es un paisano achusmando tras de una sebe», qué gran verdad, pero no achismado , como escriben.