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La locura de la belleza musical

La novela de Zamora ahonda en el círculo vicioso que crea la música profesional

Publicado por
Alberto Cabezas
León

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Cargado de obsesiones, de perfeccionismo y de horas y horas de ensayos, el mundo de la música puede llevar a quienes en él se encuentran al borde de la locura o la muerte, cuenta en su última novela el mexicano Fernando Zamora. Si el italiano Umberto Eco escribió El nombre de la Rosa para «matar a un monje», el joven Zamora (Ciudad de México, 1969) señala que Triángulo de amor y muerte (2004) recreó el sueño del alumno de música por matar a su profesor. Tras la exitosa Por debajo del agua (2002), la primera novela gay de la Revolución Mexicana, en su segundo trabajo Zamora ha creado un conjunto de personajes alrededor de la muerte de Antonio Riquelme, un profesor de música homosexual que aparece sin vida en su casa. Los enigmáticos personajes tejen un conjunto de relaciones en las que se mezclan las ambiciones y la envidia, los celos y el amor apasionado, homosexual y heterosexual, así como la violencia de una serie de asesinatos en cadena sin resolver. «Lo que necesitaba y por lo que elegí hacer una novela negra fue para consolidar mi capacidad narrativa», explica Zamora, quien rechaza que se considere este genero como menor. Confiesa que habiendo estudiado piano durante doce años en la Escuela Nacional de Música es un apasionado de este arte, lo que le llevó a incorporar parte de ese mundo a la ficción. «Los pianistas deben ser muy obsesivos porque son muchas horas y es un deseo de perfección que se puede dar con un poco de neurosis, explica Zamora, quien reconoce que ha quedado en deuda con un instrumento que le sirvió para desarrollar el gusto por la buena música.