Diario de León

| Crítica | Cine |

Tránsito correcto y crítico

Steven Spielberg y Tom Hanks durante la presentación de la película

Steven Spielberg y Tom Hanks durante la presentación de la película

Publicado por
Eduardo Galán
León

Creado:

Actualizado:

Después de un período negro, con títulos como La lista de Schlinder , El soldado Ryan o A trápame si puedes , Spielberg deja a un lado su paleta ceniza, cierra los tubos de ocres, de tonos pasteles envenenados y regresa al color de rosa con La terminal . El cineasta vuelve a la senda de la ternura, siguiendo a su adorado Frank Capra y al nítido ideario roosveltiano. Y resucita al viejo héroe cotidiano del New Deal, que es otro Juan Nadie, aunque se llame Víktor Navorski y provenga de un pequeño país del Este al que Estados Unidos aún no ha reconocido. Convertido en un prisionero sin papeles en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, Tom Hanks huele a otro Oscar. Está casi tan bien como Gary Cooper o como James Stewart; óptimamente doblado al castellano, como siempre, por Jordi Brau, pero infinitamente mejor en la versión original, en la que deletrea un inglés que sale a trompicones, con tan mala uva que nos parece marciano. Y es que, La Terminal es capriana y correcta, pero tiene un punto de crítica dentro de un orden a las leyes decimonónicas del mundo actual. Hanks es como el Chaplin de Tiempos modernos , y ahí es donde la película resulta más ocurrente, en el terreno de la supervivencia del paria, que choca con tozudez contra todas las puertas que se le cierran en el supuesto país de la libertad, rodeado de docenas de cámaras vigilantes. Y el mensaje es transparentemente antixenófobo, lo que no es poco en los tiempos que corren. LA TERMINAL.EE.UU, 2004. Director: Steven Spielberg. Intérpretes: Tom Hanks, Stanley Tucci, Catherine Zeta-Jones. Drama, 129 min.

tracking