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Quijote y Sancho
Diarios de motocicleta moderniza los criterios del biopic con una aproximación en clave realista a la juventud del Che Guevara y a su viaje de iniciación por Latinoamérica, a lo largo de miles de kilómetros, para encontrarse cara a cara con la injusticia. La película tiene claras influencias del documental dramatizado, cultivado durante años por el director brasileño Walter Salles, luego autor de Estación Central de Brasil . Esta aproximación, enraizada en el free cinema y en el cinema novo , es, más bien, una difícil mezcla de neorrealismo con estilo televisivo y resulta muy desgarbada, especialmente cuando interactúan los actores profesionales con los actores de la calle y con los indígenas. Es, evidentemente, un resultado que contribuye a huir de lo enfático, como pretendía Salles: «Esta no es una historia de hazañas milagrosas», dice Alberto, el compañero del Che. Pero también crea en el espectador, maleado por cientos de horas de docudramas televisivos, una sensación aún más ficticia. En cualquier caso, Diarios de motocicleta es una película cargada de belleza interior y muy honesta en su discurso sobre el nacimiento de los ideales. Además, funciona mucho mejor cuando el dúo protagonista (García Bernal y Rodrigo de la Serna), reorienta sus pasos en la dirección de Quijote y Sancho. El problema es que, a nuestro juicio, como casi siempre, el sobresaliente Sancho gana al notable Quijote. Bernal incide en la iconografía de máscara prerrafaelista por un lado y la de Cristo mártir por otro, mientras que su compañero juega a ser Groucho, desbordando especialmente en la entrada a Valparaíso con los versos de Neruda. DIARIOS DE MOTOCICLETA: Dir: Walter Salles. Int: Gael G. Bernal, Rodrigo de la Serna, Mia Maestro. 126min.