Una pareja gafe

Las películas en las que aparecen juntos Ben Affleck y Jennifer López, cuando todavía eran pareja, arrastran una suerte de maldición bíblica, como si por ser ambos guapos, ricos y famosos tuvieran que pagar un peaje que consistiría en el fracaso compartido. Lamentablemente no nos encontramos ante una excepción. Había interés por ver lo que podía dar de sí el talento del habitualmente rompedor Kevin Smith -aunque en los últimos tiempos atravesara un bache-, en el cine, llamémosle así, más convencional. Al responsable de la soberbia Persiguiendo a Amy le ha ocurrido lo mismo que a Chen Kaige, cuando llegó a Hollywood para perpetrar aquel bodrio de infausto recuerdo, Killing me softly . Del autor con estilo, ideas y universo propio no hay ni rastro en esta insulsa y predecible comedia sobre la paternidad. Affleck es aquí un joven ejecutivo de éxito enamorado de su preciosa mujer (su ex, Jennifer). Como tanta felicidad no podía ser cierta, el mismo día en que da a luz a su hija, ella muere. A partir de ahí, la vida se convierte en un infierno para el hombre, que pierde su empleo y debe abandonar su fabuloso piso para mudarse al humilde New Jersey. Smith plantea su discurso, en teoría, como una reflexión sobre las elecciones que a lo largo de su vida se le plantean a determinadas personas, como la de optar entre un trabajo bien remunerado pero agotador o pasar más tiempo con la familia. La idea no deja de tener cierto interés, pero su plasmación en celuloide deviene en un filme aburrido, falsamente tierno, mil veces visto, que sólo se salva un poco cuando asoma por la pantalla la carnal Liv Tyler. UNA CHICA DE JERSEY: EE.UU., 2004. Dir: Kevin Smith. Int: Ben Affleck, Jennifer López, Liv Tyler. 102 minutos.