| Crítica | Cine |
Cuentos modernos
La realidad ejerce una extraña fascinación en los contadores de historias. Quizá porque es imposible superarla, o también por su carácter algo repetitivo pero inagotable. La realidad y la no interpretación alimentan esta película. Una película hecha en esa tierra de nadie cada vez más amplia en la que la realidad y la ficción son casi la misma cosa o están muy mezcladas. Está pasando que hoy llamamos realidad a a un conjunto de acontecimientos que tienen tanto de realidad como de ficción. Pero a Carlos Sorín le gusta tanto la realidad como los cuentos de hadas. En esta historia están presentes todas las constantes de las hadas: un destino torcido que se endereza casualmente, una oportunidad que se abre de pronto y la sombra del comportamiento humano para oscurecerlo todo. Un cuento moderno que, para que no falte nada, se deja ir en la suavidad de la emoción melancólica, rebusca en los detalles exóticos que tiene la realidad y va entrando en ese espacio que, sin llegar a las fugas del realismo mágico, se mueve a gusto en la realidad amable. Un cuento moderno que, como los antiguos, lleva también su conclusión moral. Incluso creo que es de agradecer que siga habiendo cierto sentido ejemplificador en las historias. Sorín se maneja en las distancias cortas con naturalidad y sin excesivos edulcorantes; con la naturalidad de saber que moverse en los márgenes que hay entre la realidad y la ficción es otra forma de hacer ficción, que tiene también sus trucos y sus trampas. Es ficción y testimonio de su espacio y su tiempo. Pero la buena ficción siempre le sirvió a la realidad. BOMBÓN EL PERRO: Argentina-España. Dir: Carlos Sorín. Int: Juan Villegas, Walter Donado, Kita Ca. 95 minutos.