Dulce merengue

En cuestiones musicales, el merengue es baile caribeño. En lo culinario, dulce realizado con clara de huevo y azúcar, cocido al horno. En lo cinematográfico, sería un producto amable, que busca cargar las pilas del optimismo al espectador. ¿Bailamos? , centrada en una academia de bailes de salón, sería un merengue. Que al público español parezca haberle caído simpático, se debería a muchas razones. Puede que Richard Gere, apuesto cincuentón de nutrido club de fans (entre los quince que estábamos en la sala, había señoras con más de sesenta, seguramente muy poco asiduas al cine...), e incluso Jennifer López, sea una de ellas. Quizá también por su tono blando, una historia coral con mucho amor y nada de sexo, aderezado con sonrisas y hábilmente trazada para emocionar al espectador vulnerable al sentimentalismo de diseño. Es un remake de un éxito del cine japonés de los noventa, Dansu Wo Shimasho Ka , de Mayasuki Suo, que finalmente llegaría a Estados Unidos como Shall we dance para renovar su éxito en dólares. Varios años después Hollywood se planteó reeditarlo casi plano a plano, secuencia a secuencia. ¿Bailamos? descansa mucho de su encanto sobre las secuencias de baile que requerían de un cuidado especial que las hiciera creíbles. Esa fue la razón por la que Richard Gere tomó clases intensivas para el tango que finalmente bailará con Jennifer López. La actriz hizo lo mismo. Buena prueba del cuidado puesto en la coreografía se debe al australiano O'Donnell. ¿BAILAMOS?: (Shall we dance) EE.UU. 2004. Director: Peter Chelsom. Intérpretes: Richard Gere, Jennifer López, Susan Sarandon. Comedia. 106 minutos.