| Crítica | Cine |
Independencia, inteligencia
De entre los recientes estrenos, La calle de las tentaciones tiene muchas papeletas para esfumarse rápidamente de la cartelera gracias a la nula promoción que realizan las distribuidoras en estos casos. Sin embargo, es uno de los más sólidos y brillantes productos de los que han cruzado el charco este año. No se trata simplemente de una película de esas que, amparadas por la etiqueta indie , ofrecen con frecuencia más envoltorio que contenido. Porque Lisa Cholodenko se prodiga muy poco y cada vez que lleva adelante un proyecto -es autora de sus propios guiones- acierta de lleno. Al igual que High Art , su debut, estamos ante un trabajo que se sale de lo trillado y que huye también de los tópicos que empiezan a anquilosar los circuitos alternativos, ahora que las majors han visto el negocio fuera de Hollywood. Aunque el horrible título que le han colocado en la versión española desorienta a cualquiera, desde los primeros minutos salta a la vista que detrás de La calle... hay una persona con talento dispuesta a compartir con el espectador un relato inteligente en el que se exploran desde una perspectiva poco habitual los conflictos generacionales y de pareja. Los personajes están perfilados al máximo y la dirección de actores es sencillamente perfecta. Así, Frances McDormand nos regala el personaje fascinante de esta mujer inconformista y arriesgada, mientras que Bale y Beckinsale demuestran que han llegado a su plenitud como intérpretes. Con sutileza, los diálogos nos adentran en toda una cadena de sentimientos contradictorios que surgen en ese tira y afloja entre la madurez y el resistirse a envejecer: dejarse ir o controlarse, fidelidad o traición, confusión o seguridad. LA CALLE DE LAS TENTACIONES: EE.UU. Dir: Lisa Cholodenko. Int: Frances Mac Dormand, Christian Bale.