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No, ahora no
Con lo caros que se venden los taquillazos en estos difíciles tiempos, lo normal cuando una película recauda una cifra importante es intentar que el éxito se repita, sacándose de la manga una inmediata secuela, pensada o no. Si Ocean's eleven funcionó en su momento, hace un par de años, como sinónimo de lo cool , lo lógico era pensar que habría una segunda parte; y aquí la tenemos. En torno al fotogénico George Clooney se había logrado reunir a un nuevo rat-pack , con una primera línea formada por Brad Pitt (Dean Martin) y Don Cheadle (Sammy Davis Jr.), más las lujosas aportaciones de actores con tanto oficio como Elliot Gould o Carl Reiner. Caras guapas, ambientación glamurosa (Las Vegas) y un sofisticado robo, planificado con esmero, sirvieron para poner en pie, en la anterior entrega, un imbatible divertimento que producía efectos similares a los de beberse un cosmopolitan en la barra de un local con clase, un cierto grado de euforia y la sensación de que la vida puede ser bella. La segunda parte, en cambio, invita sin pausa al sueño. Ya se sabe de qué va la jugada, sólo que ahora se trata de robar para devolverle al temible dueño del Bellagio (Andy García), bajo amenaza de muerte, lo que se le había birlado en el filme anterior. La vieja Europa, con bonitas postales de Amsterdam, Roma y el lago Como sirve de escenario, pero la imaginación de los guionistas se queda sin recursos desde el primer minuto. Ni siquiera la presencia de una espectacular Zeta-Jones, que deja en evidencia a Julia Roberts, sirve para animar la fiesta. Los diálogos y muchas de las situaciones que preceden al último golpe causan sonrojo, perplejidad o sopor, por mucho que Soderbergh apueste por los encuadres «más atrevidos». OCEAN'S TWELVE: Dir: Steven Soderbergh. Int: George Clooney, Brad Pitt, Catherine Zeta-Jones. 125 minutos.