| Crítica | Cine |
Héroe con complejos
A Oliver Stone le va la polémica porque sus películas son como espoletas orientadas en direcciones muy concretas, que ahí está su nutrida (y en parte magnífica) filmografía en la que retrata a su país a través de la guerra del Vietnam ( Platoon , Nacido el 4 de julio ), la política (JFK , Nixon ), las finanzas ( Wall Street ), la violencia ( Asesinos natos ) o el deporte ( Un domingo cualquiera ), entre otros temas. Su interés por Alejandro Magno, sorprendió. Un tipo como Stone no podía sumergirse en los topicazos del peplum para hacer otro Troya de diseño y perfumería. Y no decepciona aunque a su película le vendrían bien unos grados de mayor ritmo y otra música diferente a la de un Vangelis omnipresente con un score reseso. Ahí se acaban los reproches, porque la distancia del Alejandro de Colin Farrell sobre el Ulises de Pitt, es sideral o casi. Stone reflexiona sobre un personaje que en el siglo IV a.C., con apenas 25 años, conquistó la casi totalidad del orbe conocido. Su complejo de Edipo, su bisexualidad, su desmedida ambición, muchas variables para un guión jugoso. Si además dispuso de un generoso presupuesto para recrear la batalla de Gaugamela o la última de su periplo en la India, ambas de factura incuestionable gracias a su envidiable sentido del ritmo y del montaje, Alejandro Magno se ciñe al canon del espectáculo magnificado, aunque se sospeche que un futuro montaje del director mostrará la violencia y el sexo ahora evitados para dejarla en recomendable a mayores de 13 años. Que en EE. UU. se la haya pegado o que sectores neoconservadores anatemicen a Stone por la cuestión sexual, es quedarse con la paja y renunciar al grano. Ambos factores le vienen de perlas. ALEJANDRO MAGNO. Gran Bretaña-Francia-Holanda, 2004. Director: Oliver Stone. Intérpretes: Colin Farell, Angelina Jolie, Anthony Hopkins. Duración: 175 minutos. .