| Crítica | Cine |
Segundas oportunidades
En 1995, Richard Linklater sorprendía a la crítica con Antes del amanecer , película de bajo presupuesto que se hizo con el Oso de Plata al mejor director en Berlín. La historia era bien sencilla: dos jóvenes se conocen en un tren y, disfrutando de su conversación, deciden pasar el día juntos en Viena hasta que amanezca y el joven vuelva a EE.UU. y ella, a París. Tras un intenso día (y noche), en la despedida final los jóvenes planteaban un posible reencuentro seis meses después, por si verdaderamente era amor lo que había surgido entre ellos. Pues bien, nueve años más tarde, Linklater retoma a sus personajes y a sus actores, Ethan Hawke y Julie Delpy, para contarnos lo que ha ocurrido en sus vidas y si se encontraron o no en esa segunda cita. A través de largos planos secuencia por París, los actores conversan con extraordinaria naturalidad y descubrimos cómo ella, Celine, se ha convertido en una «activista maníaco depresiva» y él, Jesse, en un novelista tendente al misticismo. A lo largo de la película descubrimos que aquel breve encuentro ha marcado sus vidas y que la química entre ambos sigue existiendo a pesar de haberse convertido en cínicos treintañeros. Los densos diálogos (en ocasiones excesivos pero es que ¡sólo disponen de hora y media para contarse nueve años!) tienen hallazgos brillantes que harán de esta película, como de su predecesora, dos obras de culto y no sólo para quienes dejaron su juventud entre el grunge , la generación X o el cambio de siglo. En definitiva, la película juega con citas inacabadas, cafés a medias y segundas oportunidades. Una vuelta del Romanticismo con mayúsculas cuyo final, no tan afortunado como el del filme anterior, sigue abierto para posibles revisitaciones. «ANTES DEL ATARDECER»: 2004. Dir: Richard Linklater. Int: Ethan Hawke, Julie Delpy. 80 minutos.