Resaca de Oscar

Todavía estamos a tiempo de disfrutar de Entre copas , que acaba de recibir el Oscar al mejor guión adaptado. La película de Alexander Payne cuenta la semana que un par de amigos deciden pasar por las bodegas de California, como despedida de soltero de uno de ellos. Sin duda, el retrato de los personajes es lo más atractivo de la película: el novio enamoradizo y fanfarrón que no excluye ninguna aventura y el verdadero protagonista, un profesor fracasado, divorciado y deprimido, experto en vinos. El habitualmente secundario Paul Giammati da vida a Miles con un realismo extraordinario y patético que alcanza su mejor momento en la parte final de la película, cuando se enfrenta con su ex mujer. En ese vitivinícola viaje también habrá mujeres, una de las cuales, Virginia Madsen, «escondida» en la televisión desde los 80, también fue nominada al Oscar por su trabajo. Aparte de densas lecciones enológicas, la película también crea una atractiva metáfora entre la vida del vino y la del protagonista: los buenos añejos pasan años en barricas para alcanzar su cumbre, pero después empieza su decadencia y se estropean. Cercana a esa idea estaba la anterior película de Payne, A propósito de Schmidt , donde Jack Nicholson daba vida a un jubilado que no encontraba sentido a su vida hasta el emocionante final. En Entre copas , también el final es significativo y emotivo, aunque algo tramposo. Podríamos decir que el filme trata sobre puertas: puertas que se abren o cierran pero, al fin y al cabo, están ahí, esperando a que alguien llame. Por ello, el plano final, como el primero, es una mano llamando a una puerta, dando a entender que, pase lo que pase, siempre debemos levantarnos y seguir llamando. No es lo mejor del año, pero Oscar merecido. «ENTRE COPAS»: dir: Alexander Payne. Int: Paul Giamatti, Thomas Haden, Patrick Gallagher. 123 minutos.