Tempus fugit

Tempus fugit , decían los latinos. Pues bien, muchos siglos después, el tiempo sigue volando vertiginosamente y, en especial, para una cartelera que devora títulos cada semana, con mayor razón si es tan limitada como la leonesa. Por ello, debe llamar nuestra atención el hecho de que una película como El hundimiento , estrenada a mediados de febrero, se mantenga todavía en cartel. Si a ello añadimos que se trata de una película alemana y con actores poco conocidos (frente a las oscarizadas Million Dollar Baby o Entre Copas ), no cabe duda de que estamos ante una de las sorpresas del año. La película cuenta los últimos días de Hitler en su búnker de Berlín, con un realismo casi documental y una caracterización que roza la perfección (me decía mi amigo Pipaón, experto en la Segunda Guerra Mundial, que hasta el General soviético Chuikov que apenas sale unos minutos, no sólo está interpretado por un actor ruso sino que incluso ¡se parece físicamente al verdadero general!). La creación que Bruno Ganz hace de Hitler en plena decadencia física y moral es impresionante, así como el aterrador matrimonio Goebbels que lleva a cabo una de las secuencias más espeluznantes e inolvidables de la película, sobre todo cuando el espectador se percata de que no es ficción lo que está presenciando. El hundimiento se enriquece además con pequeñas historias secundarias como la de la secretaria de Hitler, el médico fiel a su trabajo o, tal vez la más ingenua, la del niño que pierde la inocencia. Estamos ante una película histórica que va a pasar a la historia: hay tiempo para disfrutarla en pantalla grande. «EL HUNDIMIENTO»: dir: Olivier Hirschbiegel. Int: Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, Corina Harfouch. 150 min.