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Desperdicio de talento
La secuela de la interesante Cómo conquistar Hollywood es una de las muestras recientes más evidentes de lo que puede ocurrir cuando a la hora de hacer una película se confía únicamente en el talento reunido en torno a una idea, sin preocuparse de que esa idea pueda funcionar más allá del carisma, el glamur, el estilo o el buen nombre que aporten los convocados como reclamo. El texto de partida, machacado en el guión, es de Elmore Leonard, uno de los más agudos escritores de novela negra. Dirige F. Gary Gray, que tanto en el filme anterior como en The italian job había probado su pericia para orquestar sofisticados divertimentos de acción, con un toque cool , que ahora sólo se encuentra en el título. Para la ocasión, además, se reunieron John Travolta y Uma Thurman, que no bailaban juntos desde P ulp fiction , donde también trabajaba Harvey Keitel, ahora de nuevo en este bodrio sin paliativos. Todo hacía suponer que podía haber mimbres suficientes para construir no una obra maestra, pero sí un entretenimiento digno. Qué va. Si el principal y único mérito consiste en ver a Travolta y Thurman bailar una versión de Insensatez , lo mejor es llevarse una almohada y rogarle al sufrido vecino de butaca que nos avise cuando llegue el esperado momento, ubicado en el último tramo del despropósito. Hasta ahí, y después de la secuencia danzada, todo es una cuesta abajo, un follón tedioso y lamentable, cargado de situaciones absurdas, diálogos demenciales y actuaciones delirantes de los secundarios (patético Vince Vaughn). El gángster Chili Palmer (Travolta), que ahora aspira a hacer negocio con la música, no tiene ni el estilo, ni la clase, ni el ingeniode los grandes. «BE COOL»: EE. UU. 2004. Dir: F. Gary Gray. Int: John Travolta, Uma Thurman, Harvey Keitel. 118 minutos.