| Crítica | Cine |
Sonrisas cansadas
Que solamente los genios mantienen un nivel de creación óptimo, es indudable. Pero son escasos, y en cine, menos. Pocas filmografías hacen pleno, y Manuel Gómez Pereira también es humano. Después del merecido batacazo de la ambiciosa Desafinando en 2001, regresó luego con la más modesta Cosas que hacen que la vida valga la pena , que si no se la pegó, casi. Esas cosas pasan y tampoco es para dar portazo y largarse de la profesión con viento fresco. Reinas evidencia intención de remontar vuelo rasante, regresando a su género preferido y formando equipo guionista con sus habituales. Insiste en la alta comedia, pasando de coyunturas y modas proadolescentes. Incluso pretende marcar distancia con la comedia de aires televisivos tipo sitcoms, que algo de eso hay en su competidora El penalti más largo del mundo. Se nota en el acabado formal, en la elegante planificación y en la estructura clásica y coral del guión. Recurrir a veteranas como Forqué, Maura, Paredes, Sampietro, y la argentina Blum, junto a jóvenes como Ugalde o Salmerón, o los más talludos Lluis Homar, Fernando Valverde o Jorge Perugorría, reforzaba su ambicioso planeamiento. Resulta que en el reparto está lo más flojo de una propuesta distante del redondeo. Forqué y Maura hacen de ellas, como Perugorría de él mismo. La boda gay linda el ridículo, aparte la ligereza con la que trata a quienes eligen esa opción. Como mucho un par de gags, el resto sonrisas cansadas porque cansino es su planteamiento. Excepto Paredes, creíble en su personaje, el resto fracasó en hacer alta comedia de frente con la realidad. «REINAS»: dir: Manuel Gómez Pereira. Int: Verónica Forqué, Carmen Maura, Mercedes Sampietro. 107 min.