Abenámar, Abenámar

Soy de los que piensan que todo aquel director capaz de dirigir una obra maestra es susceptible de volver a hacerlo. Por ello, si Ridley Scott nos regaló Alien o Blade Runner , siempre nos quedará la esperanza de que aquella genialidad mostrada en esos títulos reaparezca de nuevo. Thelma y Louise o Gladiator contenían cine de muchos quilates aunque se empezaban a notar ya demasiadas concesiones a la galería, a los planos espectaculares pero vacíos y a una épica algo forzada. En El reino de los cielos , Ridley Scott intenta volver a la grandeza histórica de su último gran éxito, Gladiator , con una película sobre las Cruzadas con un protagonista marcado por la tragedia que lucha por su redención. Sin embargo, si Russell Crowe transmitía su drama personal con una sola mirada, el joven Orlando Bloom no consigue crear un personaje creíble en las dos horas y pico de película. Un herrero medieval que resulta ser ingeniero hidráulico, forzudo guerrero y hábil estratega no dota de demasiada credibilidad a la historia que se nos trata de contar (el contenido histórico sería otro tema, también cogido con pinzas). Más interesantes parecían la historia de amor apuntada o el ambiguo personaje de Jeremy Irons, pero el director apenas se detiene en ellos y pasa a lo que parece interesarle más. Y es que lo más espectacular de la nueva épica de Hollywood vuelven a ser las batallas (como en Troya , Alexander o Rey Arturo ), sangrientos y multitudianarios enfrentamientos pero con un regusto «digital» y un abuso de la cámara lenta que termina por resultar cansino. En definitiva, ésta no será la película por la que recordaremos a Ridley Scott pero sus fieles seguiremos anhelando que vuelva por donde solía. EL REINO DE LOS CIELOS: Dir: Ridley Scott. Int: Orlando Bloom, Eva Green, Liam Nelson, Jeremy Irons. 145 min.