Las etapas de las tapas

Juan Cruz y el televisivo José Corbacho debutan en la gran pantalla tras años dedicados a su productora El Terrat. Tras éxitos catódicos como Homo Zapping o Buenafuente , fue sin duda más sencillo encontrar financiación para este proyecto escrito ya hace cuatro años. Tapas se desarrolla íntegramente en Hospitalet de Llobregat y cuenta pequeñas historias de barrio con puntos de contacto entre sí y que, básicamente, giran en torno al amor. Aunque el título juega con la variedad y con las tapas que ocultan sentimientos o pensamientos, en realidad también podrían ser etapas, pues se nos muestran historias de amor joven, no tan joven y maduro. El excelente trabajo de los actores y el realismo de la ambientación son las mejores bazas de esta película que fluctúa entre el humor y el drama. Tal vez esa indefinición sea uno de los puntos débiles de Tapas , que no llega a decantarse por ninguna historia ni personaje y cae en tópicos demasiado manidos (la visión de la Iglesia o los médicos, y el oriental que no sólo es cocinero sino que ¡sabe artes marciales!). Tres premios en el Festival de Málaga (incuestionable el de Elvira Mínguez como insatisfecha separada, ¿posible Goya?) y la popularidad de Corbacho que garantiza publicidad gratuita, avalan el probable éxito taquillero. Sin embarbo, conviene plantear maliciosas preguntas ¿si no hubiera tenido El Terrat éxito en la televisión habrían conseguido financiación?, ¿seguiría su guión en una caja?, ¿cuántos jóvenes esperan en vano su oportunidad por no ser conocidos? Hace poco se estrenó en el Emperador el interesante corto leonés Escorzo de Alejandro Suárez y Guillermo Navajo, ¿cuántas «etapas» deberán superar para saltar al largo