Buena madera

Algo se mueve en el folk leonés, y ese movimiento es fundamentalmente alegre, vitalista y desacomplejado. Buena muestra de este pequeño (por esforzado y durísimo) «resurgimiento» musical cisastur es este Trisca del grupo Sog, que acaba de salir a la luz de la mano de una pequeña discográfica madrileña y que ya puede adquirirse en tiendas. El resultado es positivo por muchas cosas, pero entre ellas destacan su espíritu festero, su imaginación desbordante y su afán por experimentar y transmitir los viejos sonidos a los nuevos auditorios. Sus virtudes se ven ampliadas por la escasez de recursos y la sonrojante falta de apoyo institucional en la que viven todos y cada uno de los pocos grupos folk que intentan subsistir en este viejo reino, pero el hecho de que la mayoría de sus miembros vivan o trabajen durante la mayor parte del año en ciudades como Madrid, Oviedo o Valladolid (por razones que todos conocemos) no hace sino aumentar el interés y el reconocimiento que nos produce este excelente disco que trisca por los senderos más joviales de la música tradicional leonesa, siempre buscando, con optimismo y humor, los vericuetos que más impulsan al baile en la era o a la escucha en amistad. Si acaso, se echa en falta un mayor uso de la instrumentación leonesa (chifla, tamborín) y más trabajo sobre cada tema concreto, con el fin de que cada uno de ellos llegara a contarnos una verdadera historia. Pero Jorge, José Luis, Miguel, Pablo, Moisés, Tomás y Sofía están por el buen camino, que, por fin, va tomando trazas de camino propio. P'alantre, rapaces.