| Crítica | Cine |
El imposible equilibrio
En estos momentos de historias a plazos, faltaba una última pieza en el rompecabezas de Batman. Algo se había avanzado en las anteriores entregas, pero sin entrar a fondo en los orígenes del mito. Ahora el retrato ya está completo, la tragedia familiar que conmociona al pequeño Bruce Wayne y su posterior conversión en un superhéroe ya ha encontrado su oportuna traslación a imágenes. Desde que Burton rodara el Batman de referencia, todo lo que vino después tuvo que enfrentarse con el recuerdo de su inmenso talento. Así que ahora, para devolverle la credibilidad al hombre murciélago, se ha buscado a otro realizador con acreditadas virtudes para contar historias retorcidas, dotadas de incuestionable potencia visual. Christopher Nolan, el responsable de Memento , ha debido de realizar malabarismos para complacer, por una parte, a quienes le pedían un Batman gótico, oscuro, introspectivo, y a los que, simplemente, esperaban otra descarga de buenos efectos y mucha acción. La primera parte del filme abunda en las raíces de Wayne (un excelente Christian Bale), con el asesinato de sus padres, el proceso posterior de brusca maduración y su lucha por restaurar en la corrompida Gotham los valores que impulsó su noble progenitor. La segunda, menos interesante quizá, pero necesaria, escenifica el enfrentamiento del héroe con las fuerzas del mal en los previsibles, espectaculares combates, rodados con artesanal brillantez y un exceso de ruido. La apuesta por mantener ese complejo, sutil y casi imposible equilibrio se revela, una vez más, frustrante. Conciliar la vocación de autor con las demandas inaplazables del cine comercial resulta una tarea imposible para Nolan. «BATMAN BEGINS»: Dir: Christopher Nolan. Int: Christian Bale, Gary Oldman, Katie Holmes. 134 minutos.