Un seis y un cuatro... tu retrato

Ana Campesino dejó la pintura para ir a cantar a Madrid, pero de regreso a León, hace cinco años, se reencontró con su vieja querencia artística y, de forma especial, con el arte del retrato. Carbón, pastel, grafito y sanguina son los materiales que elige y necesita para reproducir los rasgos físicos de sus personajes, pero lo que ella busca es retratar también sus almas. Una tarea ardua y que exige «empaparse» de la gente, reconoce. Lo más complicado, aclara la autora, «es conseguir la carnalidad», el secreto de una expresión auténtica, con vida, atrapada en los trazos que definen y delimitan un rostro. Su reto es el retrato al óleo, una técnica que le gustaría probar, en primer lugar, «con la familia». Así empezó, con fotos de familia, a recobrar la agilidad y la habilidad con el lápiz. Desde entonces son incontables los retratos que ha ejecutado y vendido, Delhi, Río de Janeiro, Estocolmo y París han sido los destinos de algunas de las caras retratadas por Ana Campesino en los últimos cinco años. Pero, sobre todo, León. Sus clientes van desde hijos que rescatan del álbum familiar una foto antigua para inmortalizar en un retrato la mirada de juventud de su madre o su padre a familias que eligen el retrato como un regalo para sus hijos. Entre los personajes más conocidos de la exposición se incluye un retrato de Alfredo Kraus, que Ana Campesino realizó para su padre como recuerdo de su admirado tenor. «UN SEIS Y UN CUATRO HACEN LA CARA DE TU RETRATO»: Exposición de Ana Campesino en el bar El Cardo (plaza del Caño Badillo).