Un playboy rojiverde

El ex ministro alemán de Asuntos Exteriores Joschka Fischer se sacará un dinero extra con la publicación en 2007 de un libro de memorias en el que contará detalles sobre sus siete años como jefe de la diplomacia alemana y vicecanciller del gobierno rojiverde del socialdemócrata Gerhard Schroeder. La editorial Kiepenheuer & Witsch anunció hoy que ha llegado a un acuerdo con Fischer, quien, tras abandonar el Ejecutivo, ha pasado a la retaguardia política pues ocupa sólo un escaño de Los Verdes en el Bundestag, el Parlamento alemán, y tampoco tiene ningún cargo importante en el partido. Sin embargo, la editorial no ha querido especificar la cantidad de dinero que pagará por sus memorias a Fischer, un político atípico y carismático que llegó a ser jefe de la diplomacia después de ser revolucionario en su juventud. El ex ministro verde ya había publicado anteriormente dos libros: El largo camino hacia mi mismo (1999), en el que relata cómo descubrió la vida sana y se aficionó a correr maratón, y El regreso de la Historia (2005), en el que da su visión de la política internacional. Fischer seguirá los pasos de Schroeder, con el que formó un tándem político en los siete años de gobierno rojiverde, y quien publicará sus memorias el próximo mes de septiembre coincidiendo con la Feria del Libro de Fráncfort. La prensa alemana asegura que el ex canciller podría ganar más de un millón de euros con la publicación del libro. Las memorias de políticos se venden bien en Alemania. Por ejemplo, el ex canciller socialdemócrata Willy Brandt vendió 250.000 ejemplares de las suyas y ganó 250.000 euros, y Helmut Schmidt vendió 660.000 copias, mientras que Helmut Kohl ganó con el primer volumen 500.000 euros. El «enemigo íntimo» del ex canciller, Oskar Lafontaine, ganó 400.000 euros y vendió 300.000 ejemplares de su libro El corazón late a la izquierda , donde ajustaba cuentas con él después de abandonar el gobierno rojiverde a los seis meses de llegar al poder Schroeder y de dimitir como presidente del SPD. Sin embargo, los políticos alemanes no logran alcanzar las cifras millonarias obtenidas por los Clinton.