El color más inteligente

Todo cabe en la obra de Pipilotti. En un enorme baúl conviven lo kitsch, imágenes pop, la sensualidad, el color llevado al límite y el mundo de los sueños. El fundamento de su obra radica en elevar lo visual a su máxima expresión, consiguiendo efectos de profunda intensidad, especialmente en el territorio de lo emocional. No es el suyo un discurso intelectual. Las imágenes parecen atravesar casi de manera accidental cada uno de sus vídeos. Esta aparente incoherencia podríamos relacionarla con el fluir caleidoscópico con el que las imágenes caen encima del espectador en algunas de sus obras. El calificativo con el que aglutinaríamos todo lo que esconden tanto las obras que presenta en el Musac como el resto de su producción, es optimismo. Pipilotti se desmarca del uso de la imagen como representación de la violencia, no mantiene un discurso explícitamente social o político. Sin embargo, si aparece el cuerpo de la mujer con un tratamiento normalizado, esto es, ni denuncia el uso tradicional del cuerpo femenino por la publicidad como objeto de seducción, ni cercena su sensualidad. Apuesta por mostrarlo (mostrarse) tal y como es, dejando que el espectador complete el resto. El hecho de haberse mantenido fuera de la imagen más cercana a la realidad no resta a su obra capacidad crítica. Desarrolla una sutil ironía y una acidez que, efectivamente, se envuelven en el color. Inolvidable, en este sentido, su obra Ever is over all , no expuesta en esta muestra, donde una mujer destroza ventanillas de coches con una flor con la complicidad de una mujer policía. Parece querer decirnos que reconozcamos las flores como únicas armas, sin perder la sonrisa y el compromiso de la lucha. La absoluta complicidad entre imagen y música completan los ingredientes de una de las apuestas más interesantes en el panorama artístico actual. Horario: de martes a viernes de 11.00 a 20.00; fines de semana, de 10.00 a 21.00 horas. Lunes cerrado.