Como una fábula de Esopo

En un manual de los años cuarenta, el gran animador Stephen Bosustow, uno de los padres de los legendarios estudios UPA, pronosticaba que los dibujos animados cambiarían y mejorarían sorprendentemente a lo largo de los años, pero nunca dejarían de ser fábulas de Esopo. El que fue colaborador de Disney tenía razón: la perfección técnica de Vecinos invasores nos parece insuperable, pero la historia sigue siendo tan sencilla como una fábula griega. Cada animal humanizado asume una cualidad específica, positiva o negativa, en esta historia que los enfrenta a la urbanización que viene a alterar el ecosistema de su bosque, dejándolos sin comida. Hay una tortuga acomplejada, voluntariosa y acomodaticia como contrafigura de un mapache egoísta, aventurero y ladrón. El resto de la fauna gira alrededor de esos valores en un inspirado tratado de las reacciones humanas ante la adversidad. Admirables son el diseño, las texturas y los fondos. Los aficionados reconocerán en los personajes de los humanos los gestos e incluso los tipos físicos de la corte de Shrek. Ahí está el sello gráfico de Dreamworks: es fácil de rastrear en las muecas de la ejecutiva neurótica o en los grasientos rasgos del exterminador, homenaje a John Belushi. Hay además un exceso voluntario de gesticulación facial en todos los personajes, animales y humanos, componiendo un tour de force de la neurosis contemporánea que alcanza al comportamiento animal. Pero no sabemos si los niños apreciarán como los adultos las dobles lecturas de la historia. No sabemos si sus papás les explicarán que al otro lado del seto , que es la traducción del título original, significa más allá de la frontera de la abundancia. «Bastante siempre es poco» dice la tortuga ceniza, criticando la ambición de los humanos en este pequeño y brillante hecho contra la prepotencia humana. Como una fábula de Esopo. «VECINOS INVASORES»: Estados Unidos, 2006. Directores: Tim Johnson, Karey Kirkpatrick. Voces en español dobladas por los actores: Michel Brown, Luis Merlo, Eduard Soto, Pepón Nieto, Juan Luis Galiardo e Isabel Ordaz. Animación. 83 minutos.