Reinventar la esencia

El minimalismo concede una importancia extrema al objeto físico. Se manifiesta en términos de literalidad y entre sus convenciones más importantes está salvaguardar la recepción de la obra como un todo, con independencia de cómo se articulen los elementos de la misma. Los que utiliza Ana Cristina Martínez en sus últimas propuestas no pertenecen estrictamente al vocabulario minimalista y, sin embargo, tras un proceso minucioso de uniformización, aparecen readaptados para encajar en esta estética. A esto contribuye sin duda el hecho de hacerlos convivir con otros elementos, como las planchas de acero, que sí son específicamente retomados del arte minimal y que vienen formando parte de sus recursos expresivos habituales. Me refiero a las formas naturales orgánicas como las ramas que aparecen en la instalación que presenta en esta exposición. Su discurso radica en activar las paradojas que se producen al contrastar elementos estéticamente tan lejanos, amparados en la visión unitaria que provoca la presentación final de sus obras siempre remitiendo a sí mismas. No es desdeñable el juego irónico que plantea en esta obra al establecer su particular visión de la seriación fracturada a través de ramas presentadas a diversas alturas que acaban prefigurando repisas y logran así contrastar con la enorme fuerza de la tensión vertical de la estructura que las sustenta. Todo esto la hace deudora de algunas características del movimiento minimalista al que aludí inicialmente. Al mismo tiempo, en su particular manera de reinterpretar esta experiencia estética, a través de los contrastes aludidos anteriormente, pone en cuestión algunos de los presupuestos del movimiento así como su adscripción plena al mismo. Éste es el epicentro por el que transitan actualmente sus planteamientos artísticos. Supone otro peldaño en la constante reinvención que desde principios de los noventa viene desarrollando a través de su obra, con lo que su capacidad de investigación va emparentada con lo que descubrimos en cada una de sus exposiciones. Con esta presentación de sus últimos trabajos se cierra la temporada en la galería Tráfico de Arte. Mira es la culminación de su presencia intermitente durante todo el año a través de los Espacios Vacíos y de la reubicación en sus obras del color, la fotografía y otros elementos conceptuales. HORARIO: de lunes a viernes, de 18.00 a 21.00. En la calle Serranos,2. Galería Tráfico de Arte