Todo es un truco

Los magos siempre han fascinado a los cineastas, seguramente porque unos y otros juegan con la materia de la que están hechos los sueños. Pensando siempre en Shakespeare, debemos afirmar que el mejor Próspero del cine es sin duda Vincent Price, que ha encarnado algunos magos absolutamente inolvidables; aunque seguramente el más popular sea el Tony Curtis de Houdini y, ahora, el Woody Allen de Scoop . En cualquier caso, no deberíamos olvidar a Harold Lloyd, Jules Berry, Bela Lugosi, Edmund Lowe u Orson Welles. En su infancia, Welles quería ser mago y lo consiguió, no únicamente interpretando a varios en el cine, sino, sobre todo, porque logró engañar a su público con una insuperable batería de trucos visuales; ¿fue un gran escamoteador? En todo eso pensábamos ayer antes de que se apagaran las luces y comenzara la proyección de El ilusionista , que ha resultado una auténtica decepción, por mucho éxito que nos digan que tuvo en Sundance o en Sitges. La película de Neil Burger es definitivamente sosa y sus dos grandes protagonistas, Edward Norton y Paul Giamatti, están por debajo de su categoría y entusiasmo habituales, interpretando con desgana al mago y al policía, enfrentados en la Viena de 1900. Bigotillos, levitas y cortinones no son más que el triste telón de una película que debería ser gótica pero que escarcea con la mentalidad de una tv movie para cable. Por ejemplo, continuando con Shakespeare, la muerte de Jessica Biel es, claramente, la de la Ofelia de Millais, pero el director de esta producción no parece interesado en nada que no sea evidente. El ilusionista daba para mucho: ficción versus realidad, poder de la creación frente a poder político; pero se queda en nada, apuntando en muchísimas direcciones sin disparar hacia ninguna. Está hecha para agradar a todos, con gran corrección y poco talento y eso es veneno en cualquier espectáculo de magia. Todo simple truco. «EL ILUSIONISTA»: EE.UU., 2006. Director: Neil Burger. Intérpretes: Edward Norton, Paul Giamatti, Jessica Biel, Rufus Sewell. Drama. Duración: 110 minutos.