Más famoso que Tyson

En 1976 se estrenó Rocky, la película que lanzó a la fama a Sylvester Stallone, protagonista y guionista, y que consiguió un gran éxito de taquilla y crítico, pues logró diez nominaciones a los Oscar y ganó tres, incluido mejor película (Stallone fue nominado como mejor actor y mejor guionista, algo sólo conseguido anteriormente por Chaplin y Welles...). Tras esa excelente historia de superación personal con toques de realismo social y mítica banda sonora, vinieron las consabidas secuelas de desigual éxito: algunas sin casi interés, otras con escenas a reivindicar y otras indescriptibles como la IV, en la que peleaba en la URSS en plena Guerra Fría. Tras un flojo epílogo en 1990 (Rocky V), Stallone ha decidido regalar a sus fans un capítulo final para su personaje. Rocky Balboa tiene ya más de cincuenta años, vive en su antigua casa de barrio y posee un restaurante dedicado a la memoria de su difunta esposa. Esta primera parte es lo mejor de la película: el encuentro con personajes del primer Rocky, el nostálgico recuerdo de Adrian, los enfrentamientos verbales con su hijo o su cuñado... todo ello teñido con esa capa de realismo que ya estaba en la primera película. Cuando se plantea el improbable combate contra el vigente campeón, la historia decae y casi se convierte en una nueva versión de la película original, con 30 años más (¡aunque Rocky acaba el combate más fresco que nunca!). Aunque Stallone no era el director más apropiado (¡21 años sin dirigir!), la despedida y ovación final funcionan y rubrican una serie de películas que han entrado ya en la historia del cine y han hecho más por el noble arte del boxeo que otros polémicos personajes como el propio Mike Tyson, quien también aparece en la película.