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El pintor de los grises mágicos
Valentín Fresno es un pintor asturiano con ánimo viajero, un hombre que vive intensamente la pintura y que disfruta los paisajes de su pequeño mundo con la compañía inevitable de su caballete y sus acuarelas. Fresno visita León cada tres o cuatro años y cada vez que cruza el Pajares trae a la galería Bernesga una maravillosa colección de paisajes de su tierra, de visiones que se ocupan de presentarnos la belleza del Principado, desde los umbríos valles montañosos, hasta los brumosos horizontes marinos donde bulle la fiereza del Cantábrico. Pero en la pintura de Valentín Fresno hay más, porque al acuarelista no le gusta dejar imágenes para el olvido y así, cuando visita León, se para en cada uno de sus rincones para retratarlos con el mejor estilo. Así podemos admirar en esta exposición sus particulares visiones del viejo hospital de peregrinos, del orgulloso y renacentista San Marcos. Podemos perdernos en la historia, recordando tiempos romanos y épocas medievales, con una visión impresionante de las murallas que cercaban la capital y que se rematan con la silueta airosa de la Torre de San Isidoro. Nos perderemos a través de sus pinturas al agua por el laberinto de calles del Barrio Húmedo, o tendremos una perspectiva diferente del invernalmente impetuoso río Bernesga a su paso por la capital. Fresno cuida el detalle y se maneja maravillosamente en una gama de colores en los que siempre destacan los grises. Esos delicados grises de las brumas que ocultan el paisaje en las mañanas de su tierra y que el artista es capaz de trasladar a todos y cada uno de los escenarios que reinterpreta con sus pinceles. Y aquí está una vez más Fresno, como aquellos artesanos andarines que en otras épocas circulaban por los caminos polvorientos con su carga de ilusiones, aquí vuelve con esos grises que son agua...