Diario de León

| Crítica | Arte | «UNA BOA ENGULLE UN ELEFANTE» EN CAMPUS STELLAE

Cerrar el círculo

Un rincón de esta nueva exposición en los Maristas

Un rincón de esta nueva exposición en los Maristas

Publicado por
Enrique Rueda
León

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La imagen que con toda seguridad ha quedado grabada con más fuerza en el imaginario común sobre El Principito es la representación visual del narrador expresando su idea de cómo las boas se tragan presas enormes sin masticarlas. Los mayores interpretan el dibujo como un sombrero, e inmediatamente se genera en el niño el desaliento y sus dudas a la hora de continuar su carrera como pintor. Este episodio encierra la evidencia de la enorme distancia que separa la mirada infantil sobre el mundo y la ya mucho menos imaginativa y más viciada del adulto. Pero, sobre todo, esta imagen, a través de la sutil paradoja interpretativa que plantea, abre un universo de posibilidades en el imaginario infantil posiblemente nunca determinadas en el adulto de forma definitiva. Entre otras, la imposibilidad de que un animal tan grande pueda convertirse en alimento de otro más pequeño activa la idea de que las cosas no son como parecen, sino que entrañan múltiples posibilidades, y que no siempre lo concebible es lo que habita el territorio de la realidad. Todo esto está en la raíz de esta imagen. El punto de partida de este proyecto se plantea como una gran metáfora que se anuda en la imagen, en las consecuencias de lo planteado por Saint-Exupéry y en su (nada ingenua) ingenuidad. La imagen de la boa que engulle lentamente al elefante propicia un desarrollo procesual de la obra que establece un nuevo paralelismo con los aspectos más visuales, vinculando la importancia del desarrollo del proyecto con la potencia de la imagen. Sin duda, esto enlaza con el valor estético de la obra, en la que los paneles de papel huyen de una presentación plana para conformarse como estructuras que muestran y ocultan (aluden y eluden) a la vez. Atrapar el Laboratorio 987 es un pretexto para lanzar una mirada activa sobre los espacios expositivos: lugares de encuentro de lo que inexorablemente ha entrado en los altares del arte. El papel de la Biblia como material artístico potencia estas características. Una vez devorado el espacio expositivo, se invierte su función. Queda convertido en material artístico lo que habitualmente sirve para legitimarlo (se «artistiza» lo que «artistiza»). Un trabajo que invita al espectador a una parada, a compartir una reflexión y a multiplicar las perspectivas sobre lo que estos espacios suponen en el juego emisor-receptor, a replantear, en definitiva, el papel que juegan actualmente en el diálogo entre el artista y el público. Horario: de 8.00 a 13.00 y de 15.00 a 17.00 de lunes a viernes. Colegio Maristas San José de la avenida Álvaro López Núñez.

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