Lección de amor

En Diario de un escándalo , el majestuoso duelo interpretativo que mantienen Judi Dench y Cate Blanchett es de esos que uno no olvidará durante el resto de su vida cinéfila. Así de claro. Es talento en estado puro, toda una historia de amor actoral, un acto de amor grande e impúdico entre dos actrices que ningún aficionado debe perderse. Y hay que verla en el cine, en una pantalla grande, donde esos dos rostros maravillosos ocupan el espacio que deben. Cuanto más grande mejor. Por mucho que queramos a Helen Mirren, resulta indignante que Dench no se haya llevado un segundo Oscar por ésta que es su mejor interpretación, a años luz de la de Shakespeare in love . En el cine se contarán con los dedos de una mano las encarnaciones tan perfectas del aislamiento humano, del goteo de la soledad, del oscuro deseo de posesión, de la locura controlada vertida en un diario, del desgaste y de la decepción. La profesora de instituto solitaria que interpreta Dench es una fuerza de la naturaleza del cine, concentrada en cada arruga, en cada brillo de su mirada, que se abre paso entre docenas de pliegues abotargados. Todo se enciende cuando está en el plano, o en el contraplano, el esquivo objeto de su deseo, la joven profesora de dibujo a la que da vida Cate Blanchett, que juguetea con maestría entre los abismos del deseo por el alumno adolescente y su indefensión de novicia confesándose a la madre superiora. El juego de las distancias entre las contendientes-amantes, la valoración del espacio que las separa, es un trabajo perfecto de realización contenida y de trabajo gestual. Y, necesariamente, habrá que recuperar la película en DVD, para escuchar a Dench en versión original, diciendo: «Me lameré las heridas en privado. Judas tuvo la decencia de ahorcarse, pero esa es la versión del más sentimental de los apóstoles» . «DIARIO DE UN ESCÁNDALO»: Gran Bretaña-EE. UU. Dirección: Richard Eyre. Intérpretes: Judi Dench, Cate Blanchett, Bill Nighy, Andrew Simpson. 90 min.