Diario de León

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La Lisboa de los pintores

Antoni Miró ante dos de sus cuadros

Antoni Miró ante dos de sus cuadros

Publicado por
Marcelino Cuevas
León

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Tiendas centenarias que perviven en una ciudad de cuestas increíbles con los viejos tranvías, verdaderos símbolos vivientes de épocas pasadas. El espíritu de una ciudad maravillosa, Lisboa, ha sido captado con singular maestría por el pintor Antoni Miró (Alcoi, 1944). Una parte de su trabajo en la capital portuguesa, los grabados, pueden verse estos días en la galería Sharon Art. Explica el pintor que en su exposición de León ha tratado de ofrecer, «una colección de obras que realicé en el año 2004, y que está inspirada en la ciudad de Lisboa. Allí estuve en varias ocasiones haciendo reportajes fotográficos y tomando apuntes para mis cuadros. Es lo que hago normalmente, suelo trabajar sobre las imágenes que me aportan los viajes, las ciudades, los pueblos y los paisajes por donde voy pasando». El pintor se muestra entusiasmado con la capital del vecino Portugal, «Lisboa -dice- es una ciudad que me impresionó mucho. Para conocerla me rodeé de amigos que me llevaron a los sitios que mejor definen su personalidad, fuera de los habituales recorridos turísticos. Con ellos busqué la esencia de la ciudad, sus detalles más personales». La colección entera sobre Lisboa consta de veintinueve grabados, veinte de ellos están tratados con técnicas digitales, son dibujos coloreados y terminados con acrílico para individualizarlos, para conseguir ese sello de originalidad que les haga irrepetibles. Los otros nueve son aguafuertes realizados partiendo de los apuntes recogidos sobre el terreno, empleando el procedimiento más artesanal, el clásico de impresión de los grabados. Así se une la técnica más antigua con la más moderna. Antoní Moró es sobre todo pintor, como ha demostrado ya a los leoneses en su anterior muestra en esta misma sala. «Lo que hago principalmente es pintar, el grabado es un complemento a mi trabajo, en esta colección sobre Lisboa también hay una serie de cuadros, de pinturas, de las que lo gráfico es un complemento, aunque en este caso se haya convertido en protagonista. Lo cierto es que a través del grabado el arte puede llegar a mucha más gente porque es más accesible económicamente, de forma que no solamente las personas adineradas puedan llevarse el arte a su casa». Por encima de cualquier otro concepto Lisboa es una ciudad alegre, volcada al mar que es camino del nuevo mundo, pletórica de colorido. Es una ciudad que ha sabido conservar en sus calles las señas de identidad del pasado. Lisboa, a través de los grabados de Antoni Miró, muestra al espectador toda su belleza y, sobre todo, la realidad intangible de su original espíritu.

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