Diario de León
Una copia de un clásico con el sabor insultante del desprecio

Una copia de un clásico con el sabor insultante del desprecio

Publicado por
Eduardo Galán
León

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Es un remake de La ventana indiscreta hecho en clave adolescente. La operación es fácil: sustituimos a James Stewart por el joven actor de moda Siah LaBeouf , al malvado Raymond Burr por David Morse, aquí también de rubio platino, y a la divina Grace Kelly por la nínfula rubita Sarah Roemer. La pierna escayolada es ahora una tobillera para joven delincuente arrestado en las fronteras de su casa y la cámara de fotos con teleobjetivo está adaptada a los nuevos tiempos: prismáticos infrarrojos, ordenador y cámaras web. Hasta ahí llega el ingenio vago de los guionistas y las cortas exigencias de los productores Ivan Reitman y Steven Spielberg. En el lugar de Thelma Ritter hay un amiguete oriental y simpático que jadea con el protagonista mientras atisban el ajuar de lencería de su vecinita. Y hasta este tema, el de espiar y saberse observado, tan básico, por pura definición, para el cine y vertebral en la obra de Hitchcock, está tratado de un modo penoso. Cualquier cinéfilo pensará con sonrojo en las polémicas escópicas de los críticos de cine cuando Brian De Palma comenzó a hacer sus revisiones hitchcockianas. ¿Ahora que harán? Solo David Morse, el hombre que puso en vereda al doctor House, tiene algún momento de gloria; por ejemplo en esa gran e irónica secuencia en la que se cuela en el coche de la jovencita Roemer, que lo sigue para investigarlo. El juego latente de sexo y muerte está controlado con habilidad por el actor. El peligroso Morse le pide a la chica que no juegue con fuego: «yo soy un hombre mayor y tu una adolescente, nuestro amor es imposible». Ocioso es insistir en que un remake siempre es una traición, pero es que este digest para consumo teen de un clásico absoluto tiene el sabor insultante del desprecio. Que mal está Hollywood!

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