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El coco de Flandes
La reedición de El gran duque de Alba , de William S. Maltby, por la editorial Atalanta, y presentado hoy en el Palacio de Liria por su director, Jacobo Siruela, inicia la nueva colección Casa de Alba, que en los próximos años publicará libros sobre los palacios de Liria, Dueñas y Monterrey. Jacobo Siruela, autor también del prólogo de la nueva edición de la obra de Maltby, destacó que >es la primera vez que él publica libros sobre la Casa de Alba, que considerará la edición de posibles biografías, y que en 2008 lanzará una guía útil para visitar el Palacio de Liria. Precisamente ha sido en la biblioteca de dicho palacio madrileño donde Jacobo Siruela, acompañado de los historiadores Fernando García de Cortázar y Ricardo García Cárcel, han hecho una semblanza de El gran duque de Alba , personaje del que el próximo 29 de octubre se celebra el quinto centenario de su nacimiento. Siruela afirmó que el libro de Maltby, quien tiene casi ochenta años y vive en California, es «la mejor biografía hecha sobre Fernando Álvarez de Toledo, el III duque de Alba, un personaje considerado más como un mito que como figura histórica». Maltby, profesor emérito de Historia de la Universidad de Missouri (St. Louis), tardó 12 años en investigar y escribir el libro, estuvo bastante veces en Liria y se sirvió del epistolario de casi 3.000 cartas que aquí se guardan, señaló Siruela, para quien el libro publicado en 1983 y reeditado ahora por Atalanta descubre «el verdadero perfil histórico del III duque de Alba». Para García de Cortázar, la leyenda negra sobre este «poderoso y polémico personaje» se articuló en el reinado de Felipe II y «hasta poco antes de morir, el duque de Alba monopolizó toda la agresividad europea contra la política exterior española». Cortázar añade que incluso al franquismo no le interesó evocar la imagen de Alba. Por su parte, Ricardo García Cárcel, resaltó que el duque de Alba, «una figura contradictoria y llena de matices», sería «el malo de una película de vaqueros», mientras que el bueno sería Juan de Austria y el feo su secretario Antonio Pérez. Aunque ha habido numerosos libros sobre el III duque de Alba, García Cárcel considera que no es hasta el siglo XX, con Jacobo Fitz-James Stuart, el padre de la actual duquesa de Alba, cuando se estudia a fondo su figura gracias a la publicación, en 1952, de El Epistolario , la recopilación de las cartas.