San Froilán es algo más

Nuestros ilustres munícipes -como escribe el maestro Crémer- suelen vendernos la fiesta de San Froilán, amado patrón de la diócesis legionense , como el gran festival de las tradiciones leonesas, de la cultura autóctona más puramente nuestra; pero ya sabemos que eso de la cultura es algo muy complejo que está compuesto de múltiples cosas, muchos elementos: es un todo . La cultura leonesa no puede reducirse a los pendones, los carros o los bailes -por coloristas y sugestivos que sean-: la cultura es también la lengua tradicional, los juegos, la música, los oficios o la economía propia, por poner sólo unos cuantos ejemplos. Por eso no se entiende, primero, que el denominado Festival de Música de San Froilán no haya incluido ni un sólo grupo leonés. Pero tampoco que en el «Mercado Medieval» no existiese prácticamente ni una sola nota leonesa: parece ser que son empresas -gallegas, sobre todo- las que tienen copado el mercado de «lo medieval» y además cobrando, en algunos puestos, precios abusivos. Si de algo tenemos de sobra en León es recuerdo medieval, variedad comarcal en gastronomía e instrumentos y una fiesta, la de San Froilán, adecuada para mostrar al mundo entero nuestra diversidad, nuestra riqueza. Debe ser que de lo que andamos escasos es de imaginación y de capacidad emprendedora, porque, si no, ¿cómo es posible que en una región como la leonesa, que tiene una raza asnal autóctona y además necesitada de toda la promoción, los burros empleados para dar paseos a los niños sean... catalanes? Y es que no basta con ofrecer un escenario lleno de tipismo, hay que conseguir que la gente participe mucho más, se involucre, crea en ello, le preste , monte asociaciones, qué sé yo, para reivindicar el traje de su comarca o de todo León, avance en la dirección de una cohesión social realmente querida y entrañable. Recuerdo que el año pasado se llevó a cabo una iniciativa absolutamente genial, una especie de «juego de la oca leonés» que enseñaba a los chavales qué era un ramo, cómo se engalanaba un carro, quién fue la Pícara o San Froilán, cómo son las mañas de nuestra Lucha, cómo se levanta el pendón, cuántas son nuestras comarcas... se ve que precisamente por eso, por ser algo útil, guapo y nuestro, decidieron prescindir de ello.