Diario de León
Publicado por
E. Gancedo
León

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En estos momentos de parón casi total en el folk leonés, de falta de apuestas originales, auténticas y renovadoras sobre nuestra música tradicional -con alguna que otra honrosa excepción-, es bueno mirar hacia otras latitudes y reflexionar sobre lo que pasa en ellas. Muchos hemos coincidido en que Navarra es, geográfica e identitariamente, buen espejo para lo leonés, con sus comarcas diferentes y variadas, con sus culturas complementarias y con un sano espíritu común a todas ellas. En lo económico hay poco que hablar, este Viejo Reyno superó al nuestro hace mucho, mucho tiempo. Y en el pulso social y cultural. Y en el hecho de que ellos sí formen una comunidad autónoma propia. No obstante, en el folk la cosa ha sido distinta. Pese a la grandísima afición que hay allí por el folclore puro y duro (grupos de dantzaris, joteros, txistularis y gaiteros -llaman gaita a una especie de dulzaina sin llaves-), en lo que se refiere a recrear, remodelar y revivificar esa cultura tradicional tan presente les pasa un poco como a nosotros, salvando, obviamente, la labor de gente tan profesional y creativa como Tomás San Miguel y otros grandes músicos. Ahora llega a nuestras manos el segundo disco del grupo navarro Mielotxin, Almadierra . Se ve aquí un esfuerzo serio por llevar la música autóctona a cauces modernos, por abrirla a nuevos públicos, por hacerla divertida, sugerente y festiva sin que por ello abandone su identidad propia. Esto es especialmente interesante en el tema que da nombre al álbum ( Almadierra , o sea, almadiero, en referencia a una de las tradiciones más espectaculares de Navarra, la bajada por el río Esca de almadías que llevaban la madera desde los bosques pirenaicos hasta la tierra llana) y en la segunda canción, Jotia ta Porrue , y también en la tercera, Altaffaylla ; todas ellas bien pegadas al terreno, bien armadas y muy sugestivas. Quizá el resto caiga un poco en una cierta repetición, pero en todo caso es de destacar Cellisca , tranquila y musical, y la gozosa Valfestí de Tasno . La última del disco, El pueblo vacío , excepcional denuncia de la despoblación rural, se nos aparece a los leoneses llena de sentido. En todo caso, recordemos que los Mielotxin comenzaron con un disco, Empápate , que, a pesar de apuntar algunas de las líneas maestras del grupo (canciones en euskera y castellano, vertiginosa trikitixa o acordeón diatónico, alternancia de temas instrumentales y vocales), está más cercano al pop y no alcanza el nivel de Almadierra . La apuesta por lo más auténticamente navarro de éste es manifiesta. Han triunfado con lo auténtico. Así pues, un gran ejemplo y una gran lección para los músicos leoneses que deseen, de una vez por todas, conectar musicalmente con el sentimiento más profundo de esta tierra nuestra.

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