Vestigios de la molienda

El recorrido comienza aguas arriba en la parte alta del caño de Concejo. Allí está la Tahona de Arriba o el Molino de Ezequiel, que molía trigo para hacer el pan. Al estar en lo más alto del curso del río no compartía el agua con ningún otro molino, por lo que tenía más disponibilidad de agua que ninguno. A kilómetro y medio se encuentra el Molino del Chocolate, destinado a moler el cacao y para otras tareas propias de la fabricación del chocolate. Tiene una arquitectura diferente a los demás; es más grande, tiene arco de ladrillo y mecanismo de elevación de compuertas porque su construcción fue muy posterior. Siguiendo el curso del caño se encuentra otro molino de planta cuadrangular de aspecto rojizo llamado Molino Zapatilla. A diferencia de los demás, el hueco de la salida del agua presenta forma de arco en vez de ser rectangular como consecuencia de su tardía reconstrucción. El siguiente es la Tahona de Juan, con una fachada muy vistosa y planta rectangular, que lleva incorporada la vivienda.Tiene 200 años y su piedras de moler las trajeron de Francia.

El Molino del Prado está situado en el casco urbano. Desde el camino de este molino se pasa al caño de Gregorio, donde se observa un salto de agua y unas columnas que fueron el enclave inicial del Molino del Chocolate situado ahora más arriba. Unos metros más abajo se encuentra la Tahona de Gregorio. Molía cereal para pienso además de trigo para hacer el pan. Sus utensilios fueron trasladados a otro molino, pero aún conserva los arcones, el sistema de poleas, elevadora para subir la harina a la cernedora y toda su bonita arquitectura interna.

Por el camino de este molino se accede a la carretera del pueblo e inmediatamente aparece el Molino-Fábrica de Don Juan, convertido en un establecimiento comercial. Pasando la carretera ya en dirección este y siguiendo el curso del caño de Gregorio se divisa un pequeño molino, el Molino de la Calva del que se puede observar muy bien, si se asoma el visitante, la pendiente de caída del agua y el cilindro de chapa metálica que envuelve el rodezno que gira para moler.

Bajando por la calle de La Puente se accede al Molino del Tejado, aún en funcionamiento. Cambiando de caño y a poca distancia están las ruinas del Molino de la Molinera, quizá el más antiguo. Atravesando una antigua era se vuelve a pasar al caño de Concejo y se encuentra la Sierra del Ti Calzón, propiedad de la familia Calzón. A su lado puede verse el Molino de la Rula y continuando un poco mas abajo, están las ruinas del Molino de El Chulo que fue fábrica de luz para la mitad del pueblo y se utilizó para hacer chocolate. A escasos metros de estas ruinas confluye el Caño de Gregorio con el Caño de Concejo y en este punto estuvo enclavado el segundo Molino de Manuel Carracedo, El Chulo . Aquí concluye una ruta que muestra la potente industria molinera de Castrocontrigo.