El pan de antaño

L ejos del pan congelado que se ha impuesto en todas las ciudades, todavía queda algún lugar en el que se elabora el pan siguiendo la receta artesanal y que convierte a este alimento en un manjar, cada vez más apreciado por aquellos para quienes es el mejor acompañante de las comidas.

La Panadería Luciano, situada en la localidad de Canales (La Magdalena) elabora el pan de forma totalmente artesanal, incluso pesando sus ingredientes en una báscula de las de antes y en hornos que mantienen el sabor de la tradición. Todavía se amasa en artesa de madera y sus ingredientes son masa madre (levadura natural, harina, agua) y sal. De este modo, conserva todas sus propiedades e incluso está más rico días después guardándolo en una bolsa de tela o en un arcón de madera. Algo que, desde tiempos ancestrales, se conoce como pan reposao .

Sobre cómo hacer el mejor pan saben mucho en Panadería Luciano, donde tres generaciones después de la que iniciara el negocio todavía mantienen la receta tradicional y confían en hacer oídos sordos a los mitos que tratan de convencernos de que el pan engorda.

El nieto del que en su día comenzó a elaborar el pan a principios de siglo, Luciano Díez, tiene claro que el pan de pueblo «gusta y mucho». No sólo está crujiente y esponjoso sino que tiene un sabor especial, imposible de igualar con el pan que se elabora hoy en día para consumo diario y que sólo está crujiente en el momento de comprarlo. Recuerda que es un alimento imprescindible en la dieta diaria y que, con ingredientes naturales, es más que saludable.

En este establecimiento elaboran pan común y pan especial (integral). En cuanto al pan común, puede ser de masa dura (pan bregado) y de masa blanda (barras, hogazas y pan gallego). Sea cual sea es totalmente artesanal pero respetando al máximo los requisitos marcados por sanidad y con el máximo cuidado higiénico.

Pero no sólo el pan es una delicia en este establecimiento. Es imprescindible probar las madalenas, las empanadas, el bollo preñao o sus dulces como coquitos, suspiros de mantequilla o las pastas de nata.

El trabajo incansable comienza a las cinco de la mañana, con todos los ingredientes preparados para elaborar el mejor pan que se puede comprar en este despacho situado en plena montaña leonesa. La demanda que tienen es tal que hasta Barcelona envía el pan Luciano. Simplemente, delicioso.