Cerrar

MUÑECAS DE TRAPO

El regalo de la infancia

La Velilla de Riello.Dedal y aguja en mano, Beatriz Muñiz confecciona muñecas de trapo de gestos risueños que nos devuelven a la niñez. El dinero recaudado de su venta en las ferias de artesanía va a parar a los que más lo nece

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

I maginación, tiempo y una paciencia infinita. Son tres aspectos imprescindibles para elaborar muñecas de trapo, además de telas, hilos o materiales reciclables. Así lo cuenta Beatriz Muñiz, una artesana de 74 años, natural de Villaseca de Laciana, que desde hace 30 años se dedica a confeccionar muñecas de trapo. Tuvo una muñeca cuando era niña y casi ni existían. Ese aprecio al recuerdo de su infancia le ha hecho dedicarse a construir ilusiones con un trabajo que «ayuda a olvidar» las dificultades que trae consigo convertirse en una persona mayor.

Recuerdan a la niñez, estimulan la imaginación, son suaves al tacto y «achuchables». Por eso las muñecas de trapo son un buen regalo para las niñas. Un oficio que apenas sobrevive en un mundo en el que mandan las nuevas tecnologías y las muñecas más sofisticadas.

Primero, dibujar el patrón, después recortar la tela, más tarde hilvanar y, finalmente, coser y colocar los ojos, la nariz, la boca, el pelo y los zapatos. Un trabajo laborioso que puede llevar un día entero para hacer un ejemplar. Esta artesana elabora alrededor de 50 muñecas al año y también animales como gallinas y osos, así como peluches.

Beatriz Muñiz vende estos artículos en las distintas ferias que se celebran en la comarca de Cuatro Valles y nunca en tiendas, aunque no descarta hacerlo. Dice que sus clientes son tanto madres que quieren un regalo especial para sus hijas como personas mayores que reviven así su infancia.

Pero Beatriz Muñiz no sólo cose muñecas de trapo para «pasar el tiempo» sino también como una labor social. Y es que todo el dinero que recauda de la venta va destinado hacia los más necesitados, para actividades infantiles o para las misiones. Una solidaridad que comenzó cuando residían en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y que continúa en León.

En cuanto a los materiales utilizados son telas, en su mayoría regaladas, así como hilos. También colabora con el medio ambiente ya que elabora muñecas y animales con bolsas de plástico de las de los supermercados. Tiene su taller en Velilla de Riello, dónde lo comparte con su marido, que realiza flores talladas en madera.

Es consciente de que es un oficio a punto de desaparecer porque no hay gente joven que quiera continuar. De hecho, Beatriz Muñiz explica que ha impartido de forma gratuita talleres para enseñar a elaborar las muñecas que, curiosamente, casi nadie termina porque no asisten a clase. Escoger un modelo para convertirlo en muñeca de trapo no es difícil porque se le «amontonan» las ideas. Su mayor inspiración, las tiendas de muñecas y su nieta, que este año sonrió a unos Reyes Magos vestidos de trapo.