Diario de León

Restaurante Fuenteblanca

Gourmet en el polígono

Comer entre naves.Quienes piensan que en un polígono industrial no hay más que naves y horas de trabajo y que es imposible degustar allí nada, no conoce el Restaurante Fuenteblanca. Fuenteblanca. Polígono Industrial de L

Luis Miguel Fierro posa con todo el equipo del Restaurante Fuenteblanca.

Luis Miguel Fierro posa con todo el equipo del Restaurante Fuenteblanca.

Publicado por
Marcelino Cuevas
León

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Se supone que un restaurante situado en un polígono industrial tiene que atender prioritariamente a los empleados y obreros del espacio que le rodea. Por eso se piensa que un establecimiento hostelero que haya elegido esta ubicación solamente puede ofrecer un plato del día que se acomode a las posibilidades de sus clientes.

Pues bien, en el Fuenteblanca han querido hacer algo más interesante gastronómicamente hablando. Aunque tienen, también, un estupendo menú del día por diez euros. «No es barato -"dice Luis Miguel Fierro, su propietario-" pero sí de alta calidad. Queremos que quien coma en nuestra casa disfrute de productos de buena calidad y de una excelente cocina, por eso no competimos en el precio».

El menú consta de nueve primeros y nueve segundos con varios platos de cuchara y entradas tan sugerentes como fideuá de marisco, pisto de verduras, caldereta de cordero, morcillo guisado o rape a la marinera. Su buena elaboración y su abundancia explica bien a las claras la gran cantidad de clientes que llenan a diario se enorme comedor. Pero hay algo más.

El Fuenteblanca abrió hace tres años y desde entonces está comprometido con una cocina tradicional elaborada con productos de la tierra. «En nuestra carta predomina la carne, y esto no es casualidad ya que yo me he dedicado durante mucho tiempo a la carnicería», explica Luis Miguel. Las instalaciones del Fuenteblanca son modernas y espectaculares, pocos restaurantes leoneses tienen su capacidad, su luz y su elegante decoración.

Vamos a recomendarles algunas de las creaciones más interesantes de cuantas propone en la carta la cocinera de la casa, Isabel. En los entrantes brillan con luz propia sus anchoas con queso viejo y la ensalada templada. En los pescados merecen especial atención su brocheta de rape y langostinos y el bacalao al tradicional estilo de Valderas. Y en las carnes, siempre con el certificado de gran calidad, el entrecot de añojo, el solomillo de ternera, el rabo de toro estofado, las chuletillas de cordero y, especialmente, el morcillo en su jugo, al estilo de la ya desaparecida Casa Pozo. Los postres también están elaborados en los fogones de la casa y ofrecen, natillas, arroz con leche, profiteroles con caramelo y tarta Selva Negra, entre otros muchos.



Cocina Notable

Servicio Notable

Decoración Bien

Bodega Regular

Puntuación (de 1 a 10) 7

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