Delicias apasionantes

L a tradición repostera está ligada directamente a la Semana Santa en León. Una de las confiterías en la que se elaboran todos los dulces típicos de esta época es Canela: teresitas, torrijas, leche frita o huevos de pascua y papones de chocolate son algunas sugerentes delicias que no pasan desapercibidas.

Elaboradas con ingredientes naturales y el secreto del cariño en todo el proceso, Canela ha logrado conquistar los paladares más exquisitos desde que abriera por primera vez sus puertas hace ya más de dos décadas.

Con obrador propio, camino del cuarto de siglo de historia, Canela tiene dos pastelerías en la capital leonesa: una en Ordoño II y otra en la avenida José María Fernández.

Están especializados en pastelería creativa y, por eso, elaboran un dulce para cada día señalado en el calendario. Por eso ahora es tiempo de las teresitas, de la leche frita o de las torrijas tan típicas en Jueves Santo. Tampoco hay que esperar para probar los huevos de pascua, típicos del Domingo de Resurrección, que ya tienen a la venta y que hacen las delicias de mayores y pequeños.

El responsable de la confitería, Miguel Carnedo, explica que las torrijas son el dulce por excelencia de esta época. Elaboradas con masa de pan fino a remojo en leche con canela, limón y unas gotas de lícor, después se fríe en huevo y se baña con miel.

No menos tradicional es la receta de las teresitas de cuaresma, que tienen muchos adeptos y que están hechas de hojaldre relleno de una pasta frita.

La leche frita ha pasado de ser un postre muy habitual casi en cualquier época del año, aunque en Canela sólo lo elaboran durante la Pasión.

Los huevos de pascua llaman mucho la atención y cada pastelero reinventa esta tradición año tras año. No menos atractivos son los papones de chocolate, elaborados con una pasta fina cubierta de chocolate. Canela ya tiene a la venta todos estos productos, irresistibles para los apasionados del dulce y de la Semana Santa. Miguel Carnedo recalca que todos sus productos están elaborados diariamente, para que los clientes disfruten de ellos con toda su frescura y sabor artesano. Ese es el sello de distinción de Confitería Canela: frescura, creatividad y artesanía. Por cierto que el dulce que da nombre a esta pastelería se llama canela y merece la pena probarlo. La esencia, las mejores manos y, por supuesto, la canela.