Pérez Caramés | Villafranca del Bierzo
Por mandato de don Francisco
Sabio de la viticultura y la enología, dedicó la otra parte de su vida a caminar por valles y montañas siguiendo el curso de ríos y arroyos y a escribir sobre sus vivencias en el campo. Don Francisco Pérez Caramés fundó en 1986 la bodega que lleva su nombre y en la que habita su espíritu.
Seis principios básicos guían la actividad en una de las bodegas más singulares del vino berciano: «1. Decir la verdad; 2. Vender sólo los vinos que a nosotros nos gusta beber; 3. Respetar el medio ambiente; 4. Declarar la guerra al alcoholismo; 5. Interesar a todo el mundo, y muy especialmente a la juventud, en los riquísimos valores que dentro de la sobriedad y el buen gusto representan la viña y el vino en nuestra cultura; y 6. Abrir las puertas de nuestras bodegas y viñedos a todos aquellos que quieren ver, oir, tocar, oler y gustar». Más de cuarenta años -desde mucho antes que en 1986 se fundase y en 1992 se completase las instalaciones- avalan la actividad de Pérez Caramés, que ahora como entonces es una bodega de estricto carácter familiar, bajo el control directo de su sobrino, Pablo García Barredo, y de la viuda tras la desaparición de don Francisco, un personaje imprescindible del vino berciano. Fue un visionario y un adelantado a su tiempo que ya en 1995 apostó por la viticultura ecológica, siendo la primera bodega de Castilla y León en conseguir esa certificación.
Las 32 hectáreas de viñedo de la finca El Toleiro, una propiedad inu-sual por extensión y riqueza en la viña berciana, son sobre todo un auténtico muestrario varietal: hay mencía, por supuesto, pero también tempranillo, cabernet sauvignon, pinot noir, merlot, chadonnay... lo que permite a la bodega elaborar vinos realmente distintos a todo lo que hay en el Bierzo. En 1992 lanzó al mercado su emblemática etiqueta Casar de Santa Inés , que con la referencia de ese paraje ampara hoy los vinos de la tierra que califica el Consejo de la Agricultura Ecológica de Castilla y León. En 1993 aparecía la otra etiqueta histórica que relaciona el vino con el origen de su cultivo en el Bierzo. El Vino de los Cónsules de Roma representa la esencia de la mencía en relación con las prácticas agrícolas más respetuosas. Son tintos con o sin madera que presentan la doble certificación del Caecyl y de la deó. Y, en fin, Valdaiga y Casar de Valdaiga son mencías de diferentes elaboraciones que también califica el consejo regulador y que anualmente alteran la carta de elaboraciones de la bodega en función de las disponibilidades de la vendimia y de la inspiración de su autor.